[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]En su segunda visita a Chile, Avenged Sevenfold convocó a cerca de 3 mil apasionados fanáticos que se reunieron en el Teatro Caupolicán para cantar a todo pulmón cada uno de los temas que la banda interpretó en 90 minutos de show.
A pesar de que era martes, todos los involucrados se entregaron sin importar los compromisos del día siguiente. Por un lado la banda, que si bien no se salió del guión -interpretando prácticamente el mismo setlist en toda su gira por Latinoamérica-, derrochó energía sobre el escenario; y por el otro lado el público, que saltó, gritó y cantó sin descansos.
“Nightmare”, tema que abre y da nombre a su más reciente álbum, fue el elegido para iniciar el concierto, que siguió con la potencia de “Critical Acclaim”, canción de su disco homónimo de 2007 en la que se hizo evidente, por primera vez en la noche, la ausencia de The Rev. Aquellas partes que solía cantar el baterista fundador de la banda, fallecido en diciembre de 2009, fueron reproducidas de una grabación.
Después, con “Welcome to the family”, A7X le dio la bienvenida a su familia a los nuevos fanáticos de la banda y también al joven y talentoso baterista Arin Ilejay, quien desde hace un par de meses, y luego de la partida de Mike Portnoy, les acompaña en sus presentaciones en vivo.
“¿Cuántos de ustedes fueron al concierto de Iron Maiden el domingo?”, preguntó más tarde el vocalista M Shadows, y agregó: “Yo estaba allí. ¡En Santiago realmente saben como rockear en un concierto de metal! Son muy apasionados, así que vamos a seguir viniendo”. En medio de la respuesta eufórica del público, el grupo dio inicio a la rápida “Beast and the harlot”, que causó los primeros mosh pits de la noche.
Luego, la guitarra de Synyster Gates marcó el comienzo de “Buried Alive”, tema del disco Nightmare que calmó un poco las revoluciones y que dio paso al acostumbrado homenaje que la banda hace a James “The Rev” Sullivan, cambiando el fondo del escenario por una imagen en la que los músicos aparecen abrazando al desaparecido baterista. Ante los gritos y demostraciones de cariño del público -que llevó al teatro banderas y afiches en su memoria-, Shadows se mostró agradecido y dijo: “Esto significa todo para nosotros. Estoy muy feliz que Jimmy haya podido tocar en Chile con nosotros. Él era nuestro mejor amigo (…) Gracias a la familia de Avenged Sevenfold por habernos ayudado a ponernos de pie y sacar un nuevo disco”. En medio del homenaje, el frontman también pidió reconocimiento para Arin Ilejay, a quien Shadows presentó como “el chico mas simpático que hemos conocido”, y agregó: “él nos va a ayudar a continuar con la banda por los próximos 25 o 30 años”. El tributo se completó con “So far away”, que hizo vibrar al Caupolicán.
Los ánimos se encendieron de nuevo con “Afterlife”, coreada con fuerza por el público, y la violenta “God hates us”. La furia prosiguió con “Bat Country” y “Unholy Confessions”, que siendo el tema más antiguo del repertorio (Waking the Fallen, 2003), fue bien celebrado por los fanáticos y finalizó con un gran mosh pit en la cancha.
Tras una primera despedida, A7X volvió para interpretar la oscura balada “A Little Piece of Heaven”, que los presentes habían estado pidiendo. Después, la banda volvió a despedirse, sólo para regresar una vez más y cerrar el repertorio con los dos últimos temas de Nightmare: “Fiction” -con un piano vacío en el centro del escenario, recordando una vez más la ausencia de The Rev- y “Save Me”, que marcó el cierre definitivo después de 90 minutos de show.
La noche del martes quedó claro que Avenged Sevenfold conjuga armoniosamente la energía rabiosa de su juventud, con el fiato y profesionalismo surgidos de la experiencia de una década de agitada trayectoria. Y sin embargo, a pesar de que esta presentación fue más larga que la ofrecida en Chile en 2008, la banda volvió a dejar gusto a poco.
Ojalá la tercera sea la vencida.
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